El Skincare tambien es para hombres

Cuando escuchamos el término “Skincare” generalmente pensamos de inmediato en productos de belleza para mujer. Sin embargo, hoy en día podemos encontrar productos también dirigidos al público masculino.

El Skincare tambien es para hombres

Según la Academia Española de Dermatología y Venereología:

“La dermatología es una especialidad de la medicina que se ocupa del conocimiento y estudio de la piel humana y de las enfermedades que la afectan. [...] también se preocupa de la prevención de las enfermedades y de la preservación o la recuperación de la normalidad cutánea así como de la dermocosmética que se dedica a la higiene, a la apariencia y protección de la piel.”

Si bien, la dermatología como especialidad médica atiende cualquier tipo de enfermedad o afección de la piel sin preocuparse por el género del paciente consultando a hombres y mujeres por igual, la dermocosmética sí tiene un enfoque más inclinado hacia el público femenino.

Históricamente, la belleza ha sido considerada como un atractivo inherente y casi exclusivo de la mujer; es por esto que los tratamientos y rutinas de belleza como el cuidado de la piel, los peinados y el bien vestir eran actitudes bastante apreciadas por la sociedad en las mujeres. Mientras, en los hombres se reconocían diferentes valores y/o comportamientos como la valentía, el coraje, la gallardía, la caballerosidad entre otros.

Conforme pasa el tiempo, estos valores han cambiado y gracias a los avances en las investigaciones médicas, hemos logrado cambiar nuestra manera de ver el cuidado de la salud y la higiene básica. Hoy en día, el cuidado de la piel y las rutinas de skincare ya no son una práctica exclusiva de las mujeres sino que ya podemos encontrar productos y rutinas pensadas especialmente para ellos.

Una vez establecido esto, es importante tener en cuenta que si bien la piel del hombre y la mujer son diferentes por naturaleza, básicamente cualquier producto dedicado al skincare puede ser utilizado por ambos sin problema alguno. Algunas de las diferencias son, por ejemplo, que la piel masculina es más gruesa que la de la mujer así como también suele ser más grasa, recomendándose, en un principio, lavar la cara de dos a tres veces al día.

Para comenzar nuestra rutina de skincare es esencial conocer nuestro tipo de piel. Esto debido a que la aplicación incorrecta de algún producto que no se adapta a nuestro cutis, puede causar reacciones adversas como irritación, enrojecimiento o incluso el surgimiento de acné u otras afecciones cutáneas. Recordemos que siempre es recomendado consultar a un dermatólogo certificado antes de incluir cualquier producto nuevo a nuestra rutina.

Entre los tipos de piel, podemos encontrar cuatro:

  • Piel normal: este tipo de piel tiene la ventaja de permanecer libre de grasa la mayor parte del día así como es resistente a la irritación, resequedad y es raramente afectada por el acné.
  • Piel seca: al contrario de la piel normal, la piel seca se irrita fácilmente y por lo general se siente tensa y pica.
  • Piel grasa: este tipo de piel suele tener una secreción sebácea mayor promedio brindando un brillo natural, sin embargo es más propensa a la aparición de acné.
  • Piel mixta: en la piel mixta, la grasa suele aparecer mayormente en la zona conocida como “zona T”, dejando el resto de la cara seca en su mayoría y por ende propensa a la irritación.

Ahora bien, ya que conocemos nuestro tipo de piel, el resto es mucho más sencillo. Siempre de la mano de un dermatólogo experto, podemos adquirir aquellos productos que mejor le sienten a nuestro rostro. Hay una gran variedad, y podemos elegir entre geles hidratantes, cremas, exfoliantes, tónicos, esencias, mascarillas, entre otros. Todos estos productos tienen diferentes funciones y beneficios y del mismo modo actuarán de distintas maneras en los cuatro tipos de piel que ya mencionamos. A pesar de esto, en general podemos dividir nuestra rutina de skincare en cuatro grandes secciones:

Limpieza

Como mencionamos, la piel del hombre suele ser más gruesa y grasosa que la de la mujer. Por esto, es requerido que de acuerdo al tipo de piel que cada uno de nosotros tengamos, lavemos nuestra cara de dos a tres veces al día. Los momentos recomendados para llevarlo a cabo son al despertar, después de hacer ejercicio y antes de ir a la cama.

Para tener una limpieza efectiva es mejor evitar el jabón en barra ya que puede provocarnos resequedad. Es mejor siempre hacer uso de nuestro limpiador facial y con cuidado frotar suavemente en círculos, así lograremos eliminar cualquier resto de suciedad, polvo, humo, células muertas o contaminación en general de nuestro día a día. Una vez que hayamos terminado, enjuagamos con agua fría y secamos nuestro rostro. Para esto último evitaremos frotarnos ya que esto puede propiciar arrugas prematuras; además, la piel del rostro es más sensible que la del resto de nuestro cuerpo, pudiendo provocar irritación y enrojecimiento.

Exfoliación

Para llevar a cabo una limpieza más profunda y brindar una apariencia más clara y viva a nuestra piel, es recomendable exfoliarse de una a dos veces a la semana ¡y no más! ya que los productos pueden resultar un tanto agresivos para nuestro rostro en caso de hacer un uso excesivo de ellos. Por ello, es recomendable utilizar exfoliantes suaves.

En general, se recomienda el uso de exfoliantes en gel o en crema para eliminar las células muertas o restos de suciedad que el lavado diario no pudo eliminar. De la misma manera, el exfoliar nuestro rostro ayuda a suavizar los folículos pilosos, resultando en una afeitada más suave y con menor irritación.

Un dato importante a considerar es el tipo de piel. Sobre todo en este punto, es recomendable que los hombres con piel grasa se exfolien con más frecuencia. Así eliminarán la grasa en exceso y evitarán el surgimiento de acné, por ejemplo, a causa de la obstrucción de los poros. Por otro lado, aquellos hombres con piel seca deberán cuidarse de exfoliar su rostro con frecuencia ya que puede resultar en irritaciones graves de la piel.

Para este paso, es tan sencillo como humedecer nuestro rostro con agua tibia y aplicar un poco de nuestro exfoliante. Una vez hecho esto, comenzaremos a frotar en círculos, de la misma manera que con nuestra limpieza diaria, centrándonos en las zonas en donde se acumula más grasa, piel muerta y bacterias como la naríz, la frente, la barbilla y las mejillas. Cuando terminemos de frotarnos con el exfoliante, vamos a enjuagar con agua fría y nos secaremos el rostro con suaves palmaditas, evitando de nuevo frotarnos con la toalla.

Hidratación

Conforme crecemos y nos hacemos cada vez más viejos, nuestras células pierden la capacidad de retener la humedad en la piel, básicamente porque producimos menos colágeno. Por esto, es importante incluir el uso de un producto hidratante en nuestra rutina de skincare. Estos productos pueden encontrarse en forma de cremas, geles, aceites o sueros y muchos de ellos cuentan con antioxidantes o vitaminas adicionales como la vitamina A o C para retrasar la aparición de arrugas o líneas de expresión. Evita hidratantes con esencia de lima o bergamota ya que pueden manchar la piel.

Para aplicarnos este producto, solamente tenemos que lavar nuestro rostro o bien exfoliarnos, dependiendo del día en que nos toque y secar muy bien. Una vez que nuestro rostro esté completamente seco, aplicaremos un poco del hidratante y lo dejaremos actuar. No es necesario frotarlo como si fuera un exfoliante y se recomienda hacerlo de dos a tres veces al día, junto con el lavado diario. En caso de contar con un tipo de piel seca, es probable que tengas que repetirlo con mayor frecuencia durante el día.

Protección

El último paso, pero no menos importante, es el uso de protección solar. Estos productos nos ayudan a evitar el envejecimiento prematuro, la irritación o enrojecimiento de la piel a causa de los rayos UVA y UVB del sol. Del mismo modo nos ayudarán a evitar quemaduras leves.

Se recomienda aplicar siempre un protector solar de por lo menos FPS 50 en dependencia de la intensidad del sol a la hora de la exposición de nuestra piel, del mismo modo en que es poco recomendable salir a las horas de mayor radiación, entre las 12 del medio día y las 3 de la tarde. La aplicación la haremos por lo menos 15 minutos antes de salir y volveremos a aplicar cada dos horas. Así evitaremos también enfermedades más graves como el cáncer de piel.

Como vemos, el tener una rutina de skincare, como hombre, no tiene por qué ser ni caro ni complicado. Cada uno de nosotros decidiremos en qué grado de profundidad queremos cuidar de nuestra piel e iremos aprendiendo con el tiempo qué productos se acoplan mejor a nosotros y cuáles son mejor evitarlos.

De todas maneras, como siempre, en Dermapp recomendamos hacer una cita con un dermatólogo experto siempre que vayamos a hacer algún cambio en nuestra rutina. Como sabemos, la piel de nuestro rostro es más delicada que la del resto de nuestro cuerpo y es nuestra carta de presentación con el mundo. Mantengamos nuestro rostro bello y libre de imperfecciones, con Dermapp.

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