Elige la base ideal para tu piel

¿Alguna vez te has visto en la situación en la que sales de casa y te das cuenta de que tu maquillaje no hace el match correcto con tu tono de piel? ¡Esperamos que no! Para que esto nunca te pase, en Dermapp te dejamos algunos consejos que te ayudarán a elegir la base ideal para tu tipo de piel.

En primer lugar y antes de considerar otra cosa, debemos identificar nuestro tipo de piel: grasa, mixta o seca. Este punto es muy importante ya que diferentes tipos de maquillaje pueden provocar daños a nuestro rostro como sequedad, irritación o aparición de granitos y espinillas.

Si no sabemos qué tipo de piel tenemos, solamente tenemos que lavarnos la cara con agua tibia y jabón neutro, secar con una toalla con toques suaves para no irritarla y esperar de 5 a 10 minutos para que todo resto de humedad se haya ido. Una vez completados estos pasos, nos colocaremos ante luz natural, con un espejo y pondremos mucha atención a las zonas de nuestro rostro que se ven más grasas. Si observamos una mayor cantidad de brillo en la zona conocida como “Zona T”, comprendida por la frente, la nariz y el mentón, pero libre en las mejillas, quiere decir que tenemos un tipo de piel mixta. Si la grasita se encuentra de manera uniforme tanto en la “Zona T” como en las mejillas, es un tipo de piel grasa y si, por el contrario, no logramos ver brillo o grasita en nuestro rostro, quiere decir que tenemos un tipo de piel seca.

Ya que logramos establecer nuestro tipo de piel, podemos elegir el fondo de maquillaje correcto confiando en que no nos provocará irritación, sequedad o hará que nos aparezcan las tan odiadas espinillas y granitos. Por ejemplo, para un tipo de piel grasa o mixta, los expertos en maquillaje recomiendan alguna base con acabado aterciopelado y preferiblemente oil free. De igual manera, una base en barra puede ser buena opción, siempre y cuando tenga un acabado ligeramente empolvado y matificante.

Por otro lado, para un tipo de piel seca, lo ideal será que busquemos una base más líquida y fluida. Muchas veces, los maquillajes dedicados a este tipo de piel, cuentan con una formulación hidratante que ayuda a que nuestra piel recupere su brillo natural y se vea saludable y con más vida.

Ahora bien; para elegir nuestro tono ideal debemos considerar dos factores importantes: el tono y el subtono. En cuanto al tono, lo más recomendable es siempre elegir el más afín al color natural de la piel. Así no iremos caminando por el mundo con un tono en el rostro y otro en el cuello y resto de nuestro cuerpo. Recuerda que el objetivo del maquillaje no es cambiar nuestro color de piel sino resaltar su belleza natural. Entonces, a la hora de tomar la decisión, debemos elegir tres de los tonos que más se asemejen al color natural de nuestra piel y NO los probaremos en el dorso de la mano o en la muñeca. Si el maquillaje lo usaremos en el rostro, entonces haremos las pruebas en el rostro. Zonas como la mandíbula o la frente, son las más usuales.

En cuanto al subtono, existe una técnica que nos ayudará a definirlo. Nos colocaremos frente al espejo y al lado de nuestro rostro colocaremos una hoja blanca poniendo atención en el color que muestra nuestra piel en comparación. Si refleja colores amarillos, significa que tenemos un subtono cálido y deberemos optar por una base más cálida o beige. Si nos vemos rosadas, nuestro subtono es frío por lo que la base deberá ser más rosácea. Por último, si el tono no resalta, quiere decir que tenemos un tono neutro y la base deberá ser lo más neutra posible.

Otro consejo importante que nos hacen los expertos del maquillaje es que tengamos siempre a la mano dos bases con tonos diferentes. Una para el invierno, más fría y/o clara y otra para los días de verano más oscura puesto que es cuando nuestra piel se broncea un poco más y adquiere tonalidades más fuertes.

Recuerda que lo ideal es siempre utilizar productos cosméticos no comedogénicos para evitar cualquier efecto no deseado en la salud de nuestra piel. De todas maneras, en Dermapp siempre recomendamos consultar a nuestro dermatólogo de confianza antes de realizar cualquier cambio en nuestra rutina de skincare y sobre todo al incluir nuevos productos.


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